sábado, 16 de enero de 2016

RETRASO

  Una sopa fría sobre la mesa y un ramo de flores frescas recién cortadas del jardín que tanto te gustaba. Yo veía las noticias sin prestar atención, solo necesitaba algo de ruido en esta silente habitación. Tu silla aún estaba en la misma posición que quedó en la mañana cuando partiste hacia el trabajo. Recuerdo que antes de salir me regalaste un te amo que escuché entre sueños. No te respondí, la rutina de un nuevo día laboral me aseguraba que pronto tendría otra oportunidad de hacerlo. Inútiles fueron las llamadas a tu celular, la voz de la operadora fue la única que respondió a mis insistencias. El ruido del televisor me despertó, abrí los ojos y noté el mensaje en la pantalla que mostraba la programación del próximo día a comenzar. Los minutos se hicieron distantes y las horas parecían difusas. Entonces, de la nada el teléfono retumbó en mis oídos, lentamente me acerqué para levantar el auricular, extrañamente las piernas se tornaron débiles y me costaba avanzar, mi corazón presentía lo que mi ser no quería oír. Aló fue la única temblorosa palabra que salió de mi boca y desde el otro lado se escuchó una voz monótona y procedimental que preguntaba por mi nombre y si es que te conocía.