Allá, en lo
alto del edificio se le escuchó por última vez, hablaba para sí mismo, pero de
entre las palabras aleatorias que susurró, el nombre de su amada fue el que más
veces se repitió. La gente decía que estaba loco y enfermo de hacía ya mucho
tiempo, que no soportó que su corazón le fuese arrancado de su pecho. Allá en
la altura juró que volaría hacia el lugar donde ella escondió su corazón. Luego
de su vuelo, no se le volvió a ver y nadie quiso ocupar su departamento
nuevamente.
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