Hoy no es un día
triste, ignora el frío de agosto. La densa niebla es común en esta fecha.
Recuerdo que nunca te gustó el gélido amanecer. Qué ironía partir junto con el
alba. Los pocos que te querían están acá y el resto siguió con su rutina.
Madera de sauce eligieron para tu lecho, quizá porqué sabían que esa madera
estaba muy conectada con el eterno manantial azulado. Tampoco había flores
porque cortarlas para decoración te parecía un pecado. Sólo había un objeto que
te era muy preciado y que te negaste a heredar. El único valor que tenía era en
el reino de los recuerdos.
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