viernes, 21 de junio de 2013

AJENA CERCANÍA

 Mientras el la acompañaba por la calle principal, por aquel lugar habitual de sus encuentros después del trabajo. Con ese afán del tortuoso silencio que le invadía desde que sus ilusiones murieron con el ocaso del verano. Así caminaba el a su lado sin que alguna palabra pudiera salir de su boca, ella lo miraba con sus intensos ojos negros que muchas veces iluminaron su oscuro andar. Ella no esperaba una respuesta de su parte, solo lo miraba contemplando su inocente mirada. Luego, pronunció unas palabras que buscaban refugio en sus oídos, que sin embargo no encontraron respuesta pues la pared que existía entre ellos era tan gruesa que sus palabras eran incapaces de cruzar ese muro de incomunicación que se creó después de tanta lejanía estando uno al lado del otro.